Salitre en la sangre
La dureza del mar y de sus oficios no desaparece cuando se llega a tierra. El de la pesca es un motor económico para muchas familias y escenario de convivencia de diferentes nacionalidades, sobre todo en Burela, como referencia del sector en Galicia y en el Cantábrico.
En mi trabajo, tanto a bordo de una embarcación como entre las rocas o en la lonja, siempre me siento como uno más del grupo, entre gente muy humilde, agradable y agradecida.
Las mujeres son referencia en muchas de las labores ligadas al mar, como mariscadoras, pero también cada vez más presentes en los barcos, y en los trabajos de la lonja de logística, limpieza de cajas, selección de pescado…
Frío, el intenso olor a pescado… Para alguien diurno, como la mayoría de la sociedad, sorprende la vida que hay por las noches en la lonja; a partir de las dos de la mañana es un no parar.
La descarga resulta un regalo para los ojos y para la cámara. Es una maravilla poder contemplar la diversidad de especies en las capturas.